martes, 13 de octubre de 2015

Un río en el imaginario

¿Se imaginan al río Querétaro cruzando por en medio del jardín Zenea?
Aunque nos cueste imaginarlo, el río Querétaro antes de la llegada de los españoles, cruzaba por lo que sería en un futuro una de las plazas principales de la nueva ciudad novohispana.

Al momento en que los españoles divisaron el valle que sería el centro de la ciudad de Querétaro, se percataron que por en medio de este, cruzaba un río el cual era un impedimento para la construcción de la nueva ciudad.

De forma serpenteante, este río era fuente de vida para aquellos indígenas que vivían cerca de las laderas de este, tomando el líquido para sobrevivir y cultivar sus alimentos antes de la llegada de los conquistadores.

Como se detalla en algunas fuentes documentales en los archivos de la ciudad y del estado, este río entraba a la ciudad por el oriente, encausando sus aguas por una parte de la colonia calesa y este continuaba hacia el poniente en forma lineal, hasta la calle del puente grande (ahora calle Juárez), a partir de este punto daba vuelta hacia la izquierda y se encauzaba en forma lineal de norte a sur por la calle Juárez hasta llegar a la calzada de Zaragoza ahí daba de nuevo vuelta hacia la derecha y se encausaba otra vez de forma lineal de oriente a poniente y este seguía ese curso hasta la actual calle de Ezequiel Montes de ese punto, volvía a dar vuelta hacia la derecha y se iba de nuevo el cauce por la calle anteriormente mencionada de forma lineal de sur a  norte y al llegar de nuevo a avenida universidad, volvía a dar vuelta hacia la izquierda y este se encausaba sobre esta avenida en forma lineal de nuevo de oriente a poniente para poder dirigir su aguas al siguiente poblado.

Viendo toda esta traza del río, los españoles para poder aprovechar el espacio que el valle les dejaría para poder construir la nueva ciudad, decidieron encausar el río de forma lineal y paralela a lo que sería esta nueva urbe.

Este nuevo cauce del río Querétaro no solo sirvió para poder aprovechar el espacio que este dejaría para el nuevo centro urbano, sino que también, sería útil para poder hacer una división de la población entre los españoles que llegaron a instaurarse en el valle de la ciudad y los indígenas que fueron delegados a vivir después del río.


Jorge Abraham López Colchado






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